Cómo equilibrar los tiempos laborales con los tiempos personales

El recurso más valioso hoy es el tiempo y por eso saber cómo gestionarlo se vuelve una necesidad.

El COVID-19 vino a mostrarnos algunas cosas que venían sucediendo hace tiempo pero que, con las rutinas vertiginosas que vivíamos, no habíamos llegado a notar. Antes de la pandemia trabajábamos alrededor de un tercio de nuestro día, pero desde la pandemia con el trabajo remoto (en algunos casos) y con el trabajo presencial con jornadas extendidas 24 horas con el celular, pasamos a trabajar en promedio 10 horas por día. Esto no sería un problema si estuviéramos conformes con ello y si tuviéramos una calidad de vida que acompañe a esa jornada laboral, pero lamentablemente estamos cada vez más estresados, agotados y disconformes con nuestra distribución de horas en el día.

El problema en sí no es la pandemia y el trabajo remoto o flexible, sino que son las habilidades que necesitamos desarrollar para poder equilibrar nuestros tiempos laborales con los personales. Quizás estás leyendo esto y no te lo habías preguntado hasta hoy, así que voy con el primer punto ¿Estás a gusto con tu rutina? ¿Conoces tu rutina semanal? ¿Sabes cuántas horas trabajas? ¿Identificás cuántas horas te demanda cada actividad laboral dentro de tu jornada? Si la respuesta es NO, te voy a invitar a que agarres un cuaderno o las notas del celu y puedas empezar a identificar cómo está compuesta tu rutina laboral.

Algunas pautas para conocer tu rutina laboral son:

  • Conocer cuántas horas trabajas y cuántas te gustaría trabajar si el dinero no fuera un impedimento.
  • Identificar qué actividades te demandan más tiempo y si es estratégico que vos hagas esas actividades.
  • Escribir qué habilidades nuevas podrías desarrollar y podrían simplificarte la vida laboral.
  • Identificar qué personas, vínculos, procesos te sacan el foco de atención y se presentan como urgencias interrumpiendo en tu rutina.
  • Sincerarte respecto de tu situación actual y de lo que te gustaría experimentar a futuro: ¿Disfrutás de tu trabajo? ¿Qué actividades te gustan más? ¿Cuáles te desafían y te enseñan? ¿Dónde te imaginás en unos años? ¿Estás a gusto con este rubro o quisieras conocer otros espacios? Etc.

Como segundo punto te voy a invitar a que reflexionemos sobre tu vida personal. Vivimos tan apurados, corriendo, bombardeados de información y notificaciones, ansiosos por el uso desmedido que hacemos de las redes sociales, que no solemos tomar un momento para pausar y observar nuestra propia vida. Sabemos que tenemos deseos, conocemos a grandes rasgos nuestros objetivos y a dónde nos gustaría llegar, pero creemos que se dará casi como por arte de magia en el futuro. O peor, que se dará en el futuro por el esfuerzo de todo lo que estoy trabajando hoy. Dejame decirte que esto, lamentablemente, no es tan así y menos en los tiempos que vivimos.

El mundo ya cambió, no sólo producto de la pandemia y la nueva normalidad, sino por el crecimiento exponencial de la tecnología, la robótica y la accesibilidad a internet (en algunos lugares más que en otros). Por lo tanto, los modelos de acumulación de la riqueza, de producción y ventas, y hasta de vincularnos socialmente cambiaron también. Por otra parte, en las generaciones anteriores la plenitud era alcanzada mayormente en la jubilación y se trabajaba muchísimo en los años “productivos” para poder gozar de beneficios en la jubilación. Pero, hoy al ser más larga la vida y al cambiar todos esos paradigmas, a nadie la hace mucha gracia trabajar durante 40/50 años para disfrutar los últimos 20.

Cuando juntamos ambos temas: cambios en la forma de producir, vender, socializar, y cambios en la forma en que vivimos el trabajo y la vida, tenemos un modelo mental totalmente distinto. El problema es que seguimos gestionando del mismo modo que lo hacían nuestros abuelos, y no sabemos cómo poder salir de esa inercia temporal. O acaso no te encontraste alguna vez diciendo la frase: cuando tenga tiempo voy a empezar a comer más saludable, cuando tenga tiempo voy a disfrutar un poco más de mi casa y mi familia, cuando tenga más tiempo voy a ejercitarme físicamente, cuando tenga tiempo voy a terminar de leer ese libro que está en la mesita de luz hace siglos. Sí, se nos pasa la vida esperando ese tiempo y esta es la mayor trampa temporal.

Para conocer qué querés ver manifestado a nivel personal te voy a regalar estas preguntas orientadoras:

  • ¿Qué deseas HOY? En tu vida, en tus vínculos, en tu salud, en tu trabajo, en tu desarrollo personal y laboral, en tus desafíos y en tus logros.
  • ¿Qué es innegociable para vos? Puede ser pasar tiempo con tu familia, llamar a un ser querido todos los días, tomar una ducha tibia y relajarte, dormir la siesta, levantarte con buena música, etc.
  • ¿Cómo te gustaría que fuera tu rutina? Y si te animás contestá esta pregunta armando cómo sería tu día ideal. Quizás hoy, estas lejos de ese boceto, pero podés ir dando pasos para aproximarte.
  • ¿Qué necesitas resolver hoy para estar más tranquilo y disfrutar de tu rutina? Puede ser algunos pendientes que están en el tintero, acomodar tus finanzas, hacer arreglos en la casa, animarte a emprender, cambiar de trabajo, tener una conversación que venís postergando, etc.
  • ¿Cuál es el primer paso que estás dispuesto a dar para alinearte con las 4 preguntas anteriores? à armate un plan, hacé una lista, y hacé los cambios que quieras y puedas, con paciencia, pero con determinación.

Por último, para que puedas equilibrar ambas jornadas (laboral y personal) es necesario conocer cuánto tiempo le dedicás a cada una y cuánto quisieras dedicarle. Por ejemplo, podés tener un cuaderno/notas del celu con vos durante una semana e ir registrando:

  • Horas laborales y actividades dentro de la jornada laboral.
  • Horas personales: en qué momento del día hago mis cosas personales, qué hago y cuánto tiempo me llevan. Desde quehaceres domésticos hasta aseo personal, recreación, descanso, ocio.

Una vez que termine la semana podés analizar tu rutina e identificar qué podés ir mejorando semana a semana para estar más cerca de lo que signifique equilibrio para vos. Algunas veces equilibrio será trabajar más horas porque estás con un proyecto que te requiere esos tiempos, y otras veces será trabajar lo mínimo indispensable y tener mayores momentos de recreación y descanso.

Para finalizar, quiero compartirte algunas sugerencias si estás atravesando estos desafíos:

  • Si no estás conforme con tu trabajo, sea con la remuneración, los desafíos y el aprendizaje y/o el tipo de actividad: siempre podemos tomar decisiones, siempre. Incluso quizás hoy no es una opción para vos hacer un cambio drástico, pero podés empezar a capacitarte en habilidades que sean requeridas en el mercado laboral (te dejo un curso excelente y gratuito de Leo Piccioli: clic aquí), o empezar a observar qué oportunidades hay para crear un emprendimiento.
  • Si no estás conforme con la cantidad de horas que trabajas: lo mejor que podés hacer es diagnosticar en qué actividades trabajás esa cantidad de horas.
    • Si estás en relación de dependencia à observá que objetivos y expectativas tienen tus jefes sobre vos, tu puesto, la organización, etc. Cuando entregamos valor a una organización y nos alineamos a lo que ésta necesita, tenemos más chances de poder negociar condiciones de trabajo como la modalidad y la carga horaria (lo digo por experiencia propia incluso).
    • Si estás emprendiendo o sos profesional independiente à te sugiero que hagas mi curso en la plataforma The Emprende Club donde te acompaño a organizarte y planificar mejor para que puedas encontrar ese tiempo extra que estás buscando (podes acceder haciendo clic aquí).
  • Si necesitás tiempo de calidad para vos mismo y/o para pasar con tus seres queridos, pero no lo estás encontrando: anímate a hacer una lista de qué significa para vos tiempo de calidad, qué actividades te gustarían hacer, y cómo podés incorporar a tu rutina actual una de esas actividades por semana o por día. Muchas veces estamos “tan pasados de rosca” con lo laboral que no nos damos cuenta que el tiempo libre se gestiona y se encuentra en la agenda, no es necesario tomar grandes decisiones para esto.
  • Si no estás conforme con tu rutina actual, sea laboral, personal o ambas: armá un plan de acción preguntándote qué pasos podés dar para acercarte a la rutina que querés vivir, en qué plazos o tiempos lo vas a hacer y qué recursos necesitás para que eso suceda.

 Contacto:

Mi nombre es Sofi Barbotti, soy Licenciada en Economía, certificada en metodologías ágiles, Emprendedora y Consultora de gestión y productividad. Brindo cursos y talleres, consultorías personalizadas y programas para emprendedoras.

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Mail: hola@sofibarbotti.com

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