Lanzarnos al camino del autoconocimiento y el desarrollo personal

Los momentos de transformación, aquellos que nacen desde nuestro propio ser cuando nos aprontamos a cerrar una etapa para inaugurar un nuevo capítulo en nuestras vidas, sin dudas necesitan fuerza y determinación.

¡Hasta el infinito y más allá! Recuerdo esta frase con mucha alegría. Era la forma de darnos fuerza, coraje y entusiasmo durante nuestra formación en los primeros años de Programación Neurolingüística. Seguramente mis compa-ñeros lo recordarán.

Pero… ¿Cuál era el verdadero significado de este anclaje? Desde mi punto de vista era como un estímulo para comenzar un nuevo camino de autoconocimiento y desarrollo personal. ¿Se necesita valentía para esto? Creo que sí.

Los momentos de transformación, aquellos que nacen desde nuestro propio ser cuando nos aprontamos a cerrar una etapa para inaugurar un nuevo capítulo en nuestras vidas, sin dudas necesitan fuerza y determinación.

Les cuento quién soy. Me llamo Miriam Goldemberg, soy contadora especializada en finanzas, planificación estratégica y generación de información para tomar mejores decisiones (al menos eso creo, jaja!). En algún momento me di cuenta que me faltaban herramientas, tanto para mi vida profesional como personal. Lo curioso es que las tenía, sólo era cuestión de aprender a encontrarlas y usarlas.

Desarrollo personal implica cambiar “algo”, mejorándolo, modificándolo, tomando consciencia de varias cosas que pueden no estar tan definidas en un principio como lo que queremos lograr, nuestras fortalezas y recursos, nuestras creencias, valores, motivaciones, y varias cosas más.

La primera pregunta que surge es: ¿Qué nos lleva a “movilizarnos” hacia este cambio? ¿Qué comienza a ocurrirnos que deseamos salir de esa “zona de confort” que no es de tanto “confort? Algo nos inquieta, nos molesta y aparecen, posiblemente, algunas de estas 4 D’s: Dolor, Dilema, Deseo o Disparadores.

El “Dolor” puede aparecer e implicará generar un cambio cuando queremos “curar” algo con nuestras acciones. A veces nos surgen dificultades en la vida, pero, paradójicamente, podemos transformarlas reinterpretando su sentido. Me gusta citar la metáfora del “Kintsugi”, una técnica centenaria japonesa que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas poniendo en relieve sus fisuras con polvo de oro. La belleza de las cicatrices, aprendiendo y descubriendo infinitas posibilidades a partir de las mismas.

¿Cuáles son los “Dilemas” que impulsan el cambio? En una transformación algo tendremos que “soltar” (y dejar ir), algo preservaremos y seguramente algo nuevo nacerá. Con seguridad aparecerán dudas, debates internos, disyuntivas que nos obligarán a analizar y muchas veces descubriremos alternativas que pueden ser complementarias y superadoras.

Quizás, no hay algo que nos duela pero sí aparece un profundo “Deseo” de hacer cosas diferentes porque se presenta una oportunidad que nos entusiasma y no queremos “perder el tren”. Así, nos despierta un tremendo impulso de lanzarnos tras ese camino.

Y, por último, los “Disparadores”. Posiblemente sabemos lo que queremos hacer pero necesitamos dar el “primer paso” y sentir la necesidad profunda que nos lanza a ponernos en acción. A veces son situaciones en que no quedan dudas que hay un solo camino factible para salir adelante.

Todas las persona vibramos con nuestras propias D’s y lo importante es nuestra auto-percepción. Esto, si bien es contextual, situacional, es decir depende del momento, del lugar, de los individuos con los que interactuamos, en realidad parte de nosotros mismos, de nuestro interior y de nuestra interpretación de los hechos que nos ocurren.

Alcanzaremos un sentido más elevado de nuestro valor personal, una mayor confianza en el poder de cada uno de nosotros permitiéndonos el crecimiento positivo de los recursos con que contamos.

Los invito a sumarse a esta aventura del “autoconocimiento”, abriendo nuevas ventanas de la vida con mayores alternativas de elección, reflexionando sobre nuestro camino de “mejora continua” con objetivos ecológicos: buenos para nosotros que sin dudas también lo serán para nuestro entorno.

El primer gran paso para cambiar es tomar la decisión marcando la dirección y una razón poderosa para hacerlo, con la humildad para el aprendizaje y la valentía para la acción.

 

 

Miriam Goldemberg

CPN

-Máster en Coaching Ejecutivo y Liderazgo

-Máster en Programación Neurolingüística

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