La huerta en casa

Luego de recibirse de Ingeniera agrónoma y comenzar a trabajar en los campos familiares, María Celeste Zenklussen encontró un nuevo camino en su pasión por la naturaleza. Por pedido de amigas y familiares comenzó a crear huertas a domicilio. Hoy separa su tiempo entre vastas hectáreas agrícolas y Mil Brotes, un emprendimiento que brinda un servicio completo de instalación, cuidado, cosecha, asesoramiento, y que demuestra que para cultivar alimentos solo se necesita tiempo y un metro cuadrado.

¿Por qué decidiste estudiar agronomía?

Mi familia siempre estuvo vinculada al agro, tanto del lado de mi mamá como del lado de mi padre. Una parte ganadera y una parte de agricultura, pero a mi desde chica siempre me gustaron más los campos de cultivo. Me encanta la naturaleza, el aire libre, no me gusta el encierro y ese fue un factor importante al momento de decidirme por una carrera. Tuve la suerte después de terminar de cursar en España, donde aprendí todo lo referido a la agroecología.

¿Cómo empezaste con el proyecto de Mil Brotes?

La conexión con las huertas también comenzó de chica, porque en casa de mis abuelos siempre hubo, y era mi hobby principal cuando iba a visitarlos. Pero el proyecto en sí comenzó el año pasado, en plena pandemia, ante el pedido de amigas y familiares para que las ayudase con el mantenimiento del patio y la instalación de aromáticas. Al ver la gran demanda y estudiar el mercado de nuestra ciudad, decidí comenzar formalmente con el proyecto.

¿Cuál es el servicio en sí que se brinda?

Lo principal es el armado de la huerta, pero eso es solo el principio; de acuerdo a la necesidad o el deseo del cliente, el espacio del que dispone (puede ser patio, balcón, terraza, con un metro cuadrado ya es suficiente) y la luz que recibe ese lugar, comienza el asesoramiento integral, que incluye verduras a sembrar, diseño personalizado, cuidado semanal, cosecha, control de plagas, y todo lo que sea necesario.

¿Cuál es el perfil de cliente y qué es lo que más te piden?

Hay dos grupos bien diferenciados de clientes: por un lado el grupo que se involucra mucho en la experiencia, participa del armado y cuidado de la huerta, y por otro lado quienes prefieren dejar todo a mi cargo, ya sea porque no disponen de tiempo, no viven en el lugar de cultivo o simplemente disfrutan solo de la parte estética y el consumo final de lo cultivado.

Lo que más me solicitan son aromáticas, de todo tipo, tomate Cherry, rúcula, lechuga, y ya en espacios mayores cítricos y tubérculos.

¿Qué ventajas hay al tener una huerta en casa?

Más allá de la cuestión ecológica, que es muy importante, creo que la principal ventaja es que trabajar la tierra es una terapia para los seres humanos. Conectar con la naturaleza, sentir la tierra removida en las manos, comer lo que cultivamos con esfuerzo, es un combo que mejora nuestra salud. Es una experiencia que ya desde la primera vez nos conecta con el planeta y su ecosistema. Hay que trabajar con la naturaleza y no contra ella.

¿Qué novedades habrá en el futuro cercano?

Muy pronto vamos a dar un taller con un amigo chef, para asesorar a los clientes en cuanto a las distintas formas de consumo de lo que tienen en sus huertas, y desde esta semana ya comienzo con la venta directa de semillas premium. Para más adelante la idea es ir creciendo en clientela, y armar un invernadero en los campos de la familia para poder tener verduras y brotes todo el año.

 

Contacto:

Instagram: https://www.instagram.com/milbrotes.rafaela/?hl=es-la

 

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